Como ya te platiqué antes, lancé mi primer negocio de emprendimiento en 2010 Daydee, con esa marca he crecido y evolucionado hasta ahora y la amo con todo mi corazón, pero no todo ha sido miel sobre hojuelas, en 2015 inicié un negocio hermoso lleno de dulces y colores el cual quebró al primer año de operaciones. 

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Y no me apena ni por un segundo decir que quebró, yo necesitaba pasar por ese proceso para convertirme en la empresaria que soy ahora, así mi frase favorita: "a veces se gana y a veces se aprende" cobró vida.

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En apariencia, en ese momento perdí dinero, tiempo y esfuerzo. Lloré mucho, pero cuando aprendí que la pérdida no existe, me di cuenta qué había fallado y me permití volver a mi camino de emprendedora con más fuerza, más amor y más pasión que antes.

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Aprendí que el dinero no es la meta al crear un negocio, la meta es poner tu talento al servicio de las personas que te rodean, cumplir tus propósitos de vida y resultado de eso vivir tus procesos de vida de manera abundante.